Ante todo, quisiera comenzar esta charla agradeciendo a la Fundación C&A y
al CEDILIJ la invitación para participar en este encuentro. En realidad, esta invitación
ha servido como una excusa para darle forma a ciertas ideas que han rondado por mi
cabeza durante mucho tiempo en relación a los libros para niños que considero
perturbadores.