Este libro, publicado por primera vez en 1964, aborda temas como la generosidad incondicional y las relaciones que establecen las personas entre ellas y también de las que crean con el entorno donde viven. Por la amplitud de su mensaje, se han dado innumerables interpretaciones, especialmente aquellas vinculadas con el nexo entre padres e hijos y las que permiten ahondar en la relación de los seres humanos con la naturaleza o la religión.


A simple vista destaca la sencillez de su concepto, textos cortos y poéticos se combinan con ilustraciones a línea, esquemáticas y sin color.


Dos personajes centrales, un niño y un árbol, evolucionan mediante un intercambio complejo y desigual. Al principio, les complace jugar juntos, se acompañan el uno al otro. Pero cuando el chico crece y se hace adulto, el nexo cambia: para hacer feliz a este en distintos momentos de su vida, el árbol se va desprendiendo de sus hojas, de sus frutos y de sus ramas hasta quedar convertido en un tronco inservible. Mientras tanto, el niño crece, se enamora, forma una familia, se va a explorar el mundo y regresa para descansar al final de sus días. Ya anciano, encuentra reposo junto al viejo tronco del árbol que ya no tiene nada que ofrecerle.


La generosidad sin límites, el afecto desmedido, las relaciones oportunistas, el consumo insaciable de recursos, los ciclos de crecimiento, el amor infinito y el encuentro y desencuentro forman parte de las ideas que atraviesan esta historia, profunda, genuina y conmovedora.


El autor de El árbol generoso, Shel Silverstein, fue un creador polifacético y excepcional. Cartonista y dibujante, escritor de obras muy diversas, compositor y cantante tuvo una obra intensa y productiva. Llegó al mundo de los libros para niños empujado por otro gran creador de obras para la niñez: Tomi Ungerer. Sus ideas acerca de lo que los chicos podían leer eran poco convencionales, sobre todo por la manera de utilizar el humor y los temas poco usuales de sus libros, algunos de los cuales firmó como Uncle Shelby.


El árbol generoso es una obra de difícil clasificación: en rigor, no se trata de un libro álbum ni tampoco de uno concebido exclusivamente para los niños. Aunque la construcción del texto apela a lo poético, en verdad se trata de un relato parabólico, de una alegoría muy amplia sobre la existencia. A pesar de que cuestiona las relaciones erosivas, hay aspectos luminosos que invitan a reflexionar sobre la necesidad de dar sin esperar nada a cambio, un ingrediente imprescindible para la renovación de las relaciones entre los hombres y las de estos con la naturaleza en tiempos tan duros y egoístas como los que vivimos, en los que la generosidad constituye un atributo bastante escaso en la sociedad. Esta obra de Silverstein es inspiradora, apropiada para compartir con otros sin importar la edad. Un libro, minimalista, que tiene la capacidad de estremecer y confrontarnos, de hacernos reflexionar.